Por: Rogelio R. Ramos Molina
Colaboración de: Mariana Leñero
Sobre la investigación de Paulo Alcocer, Camila Meade y José Salinas.
¿Qué piensas cuando escuchas la frase “#HastaAgotarExistencias”? ¿Acaso tu mente de dice: ¡CORRE! Ve por él que no hay muchos, ¡MIRA, se acaban!? Probablemente lo hace. Dicha herramienta fue diseñada para ello, para que corras hacia ese objeto que tanto querías, hacia ese objeto que, si no lo tienes en ese momento morirás. Esa frase está pensada para que actúes exactamente así, o lo estaba. Hasta ahora.
Técnicamente se tienen algunos conceptos clave relacionados con esta frase mencionada, la cual es mejor conocida como una herramienta de publicidad y marketing: Limitado, exclusivo, especial. Éstas generan sentimientos de urgencia y emergencia. Según un artículo del ISDI, un blog en español de marketing digital, las estrategias de escasez y urgencia permiten el aumento de ventas. “Cuando limitamos la existencia de un producto o servicio, el consumidor genera un sentido de urgencia, evitando que se posponga o deje de lado tomar una decisión de compra en este momento”. (ISDI, 2018). Según un estudio, que menciona el artículo, realizado por “Centre de Recherche Dauphine, Marketing Strátegie, Prospective” en París, la demora de compra provoca un retraso o un arrepentimiento de un 70%. Por otro lado, un artículo español publicado por el sitio web “La Información”, dictó que dichas promociones o estrategias generaban falsas expectativas, haciendo connotación a un tono de desilusión y coraje por parte del escritor.
Pero, nos hemos preguntado, ¿Qué tan falsas son estas expectativas? ¿Qué tan real es el hecho de que los productos se agotan? y más importante aún, ¿Cómo influye este concepto en nuestro estilo de vida? Cambiemos un poco el contexto y enfoquémonos a un mundo donde no haya esta “cruel” estrategia de venta: Todos los productos que queramos siempre en inventario. En el supermercado de la esquina, en nuestro centro comercial favorito y también en la tienda de moda. Nada se acaba y alcanza para todos. Suena increíble.
¿Pero qué pasa si nos preguntamos de dónde vienen estos productos infinitos y a costa de qué y de quién se están produciendo? Pongamos de ejemplo el chocolate. Imaginemos por un momento la cantidad de trabajadores, personal y distribuidores logrando hacer llegar el tan delicioso chocolate a tu tienda favorita. Habrá que preguntarnos quién lo trajo al establecimiento, y a su vez quién se lo dio a esta persona. ¿Dónde está la fábrica? ¿De dónde vienen los ingredientes? Resulta que este chocolate magnífico que tanto nos gusta viene de una colonia colectora de cacao de África, la cual es experta en la recolección del cacao. Sin embargo, dicha planta está escaseando, no hay ninguna que iguale su sabor y su calidad, y nosotros al otro lado del mundo la estamos destruyendo. Hemos de tomar en cuenta que cada vez que tomamos un producto por sentado tiene una historia detrás, y la trayectoria que sufre y el contexto del que se extrae sufre cambios y consecuencias irreparables para poder satisfacer nuestros gustos inmediatos. De pronto, que las existencias se agoten no suena tan mal. El escenario descrito anteriormente nos abre la mente a una narrativa distinta sobre la famosa frase de marketing, que hasta ahora creíamos que sería para vender y consumir más. Sin embargo, estamos descubriendo que es capaz de regular el consumo.
Tim Jackson, un ecónomo británico nacido en 1957, se ha dedicado a establecer escenarios en donde la economía es próspera, sin embargo, no crece. Su libro “Prosperidad sin crecimiento” habla acerca de estrategias económicas para sobrellevar una transición sin que el sistema actual sufra un colapso y sin que nuestro planeta siga pagando las consecuencias. Jackson propone una serie de estrategias que invitan al ser humano a recapitular sus valores y a establecer una relación distinta con el método de transacción actual. Recordemos que cualquier aspecto o modelo que se relacione con mejorar un contexto existente a favor del medio ambiente, su rendimiento y sus recursos naturales, requiere de un proceso compuesto de fases y de transiciones periódicas y paulatinas que nos permitirán acercarnos a nuestro objetivo. Tal es el caso del “Consumo sustentable”, el cual es una rama del sistema económico que nos permite evaluar nuestro modo de consumir sin dañar el ambiente. Esta práctica se basa en la capacidad de coexistir con los límites ecológicos y reconoce la finitud de los recursos. Tiene como objetivo mejorar la calidad de vida sin atiborrar al consumidor de elementos que no necesita. Así mismo promueve cambios en los patrones de consumo con un sesgo hacia los servicios y experiencias que utilicen menos materiales y energía. Dicha estrategia está sustentada por un modelo económico llamado modernización ecológica, el cual es un capitalismo “ligero” que se genera después de aplicar los principios de Tim Jackson.
Como suele suceder en contextos sociales, dichas prácticas en determinados contextos se están comenzando a notar y están dando sus primeros destellos de luz. Tal es el caso de la tendencia “Hasta agotar existencias”, visto evidentemente desde un modo sustentable y acorde al signo de los tiempos que vivimos actualmente.
El nuevo “Hasta agotar existencias”, nos permite establecer las bases que nos llevarán a los cambios mencionados hace un momento, es una tendencia que nos permite comprender desde el punto de vista del consumidor la finitud de los productos y los ciclos a los cuales pertenecen.
Si volvemos al ejemplo del chocolate que mencionamos anteriormente podremos comprender que habrá chocolate durante una temporada específica del año, ya que las plantas de cacao necesitan tiempo para crecer, vivir y llevar su proceso natural, sin que el suelo se erosione, sin que afecte su calidad y sin que comprometa a su entorno.
Seremos capaces de comprender los paradigmas erróneos que nos han inculcado, pensando que está “mal” que un producto se acabe. Es un proceso completamente natural, y si deseamos permanecer en nuestro planeta debemos respetarlo. Pensemos en el desmedido uso de recursos para que siempre que entres a una hamburguesería, no importa si es de día o de noche, o qué día de la semana sea, haya la hamburguesa que estás esperando. Lograr eso supone demasiado desperdicio. De ingredientes, de energía, de materiales para envolverla. Qué tal sería saber que si quiero comer una hamburguesa tendría que ser en cierto horario, o en cierta temporada, o bien solamente ciertos días de la semana.
No podemos seguir pensando que todo lo que consumimos se puede fabricar indefinidamente con recursos ilimitados. Hemos de reconectarnos con nuestro entorno, nuestro ecosistema y el origen de las cosas. “Hasta agotar existencias” es un método que nos permite retomar la conciencia de que los productos tardan en hacerse, en crecer, en procesarse y en llegar a nosotros.
En el libro de “Cradle to cradle” (De la cuna a la cuna) de William McDonough y Michael Braungart, se menciona el concepto general de como los productos que consumimos y los ciclos por los que pasan deberían ser circulares, y no lineales.
Es momento de establecer un cambio de paradigmas, en donde es nuestra responsabilidad elegir si “Hasta agotar existencias” es una herramienta dura del capitalismo o evoca rasgos para una sociedad sustentable. Si nos aferramos a los objetos porque “solo hay pocos” o somos capaces de lograr desapego.
Palabras Clave:
- Yo si Llegué
- Sostenible
- Limitado
- Ya se me acabaron
- Ya no hay
- Vuelva mañana
- #LlegueMásTemprano
- #Sustentable
- #LaSemanaPróxima
- #SinDesperdicio
- #ZeroWaste
En la Ciudad de México hay lugares, como Pizca de Sal, que no hacen todos los productos que les piden, sino que tienen una existencia limitada de los mismos, y si llegas a tiempo, eres de las personas con suerte que podrá degustar el sándwich especial del día o de la temporada. Si no llegas a tiempo, podrás comerte otro, pero el que tienen hasta agotar existencias, ya no lo podrás probar. Es un arma de doble filo, todo depende de nuestro enfoque, de la expresión que manejemos y el contexto en el que estemos situados. La clave de la reconstrucción humana es la reconexión, y el primer paso para lograrlo es comprender que nuestros recursos estarán disponibles “#HastaAgotarExistencias”.
Referencias:
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