Autor: Cynthia Gómez Ramírez.
Becaria: Carmina Gutiérrez Paniagua.
Hoy estamos viviendo lo inimaginable.. las tendencias que estaban pronosticadas para dentro de 10 años, se implementaron en cuestión de semanas a nivel mundial. La pandemia del Covid obligó a tener un aislamiento social. El hogar que era un espacio que se utilizaba casi solo para dormir, se ha convertido en un lugar para trabajar, ejercitar y descansar, de manera que estamos viviendo en un mundo virtual en donde la tecnología se ha vuelto un elemento fundamental en la vida de las personas.
A nivel mundial, la crisis sanitaria ha generado un ambiente de incertidumbre, miedo y nostalgia. Sin embargo, toda crisis es una oportunidad y esta no es la excepción. La estancia en casa ha permitido valorar el tiempo para hacer aquello que se ama, ser conscientes del bienestar, reconectar con los seres queridos y consigo mismos. Esto ha detonado tendencias que ya se venían manifestando, pero que han recobrado mayor fuerza, como lo es, el consumo local y el apoyo a las comunidades. Por lo que el distanciamiento social, ha enfatizado el valor de la solidaridad entre pares, vecinos, conocidos y familiares, generando cadenas de apoyo para las personas más vulnerables. Además, ha generado una mayor conciencia del consumo, la gente buscará adquirir productos en menor cantidad, pero de mayor calidad, productos que sean más duraderos, que tengan una historia detrás y sobre todo que con la compra de ese producto sepan que están ayudando a alguien dentro de su comunidad o de su país. El nacionalismo será un factor principal para la venta de productos, se regresará a un mercado local, con una visión global.
Esta crisis en definitiva ha brindado una oportunidad para la humanidad, pero es necesario entender que en adelante se vivirá en una realidad dividida en dos mundos. Por un lado, el mundo interior representado por el hogar que se ha convertido en un espacio seguro,íntimo, confortable y multifuncional. Por el otro, el mundo exterior, al que se enfrentan las personas al tener que salir de casa y éste se vuelve una amenaza, por el miedo a contraer el virus, al estar expuesto en los espacios públicos a otras personas y objetos.
En el mundo interior, para satisfacer las necesidades de las personas, la industria de la moda se centrará en el Slow Fashion, una tendencia que implementa el uso de materiales naturales, resistentes y suaves al tacto para elaborar prendas durables y funcionales. Se propondrán diseños básicos y cómodos, los cuales se podrán utilizar para diversas actividades como: trabajar, descansar, jugar, ejercitar, etc. Lo esencial, es que la indumentaria se fusione con el ambiente acogedor y seguro del hogar, que proporcione confort, movilidad y versatilidad, que se pueda tanto atender una videollamada del trabajo, como comer o descansar.
El hogar será el nuevo santuario, un espacio íntimo y privado, el cual se comenzará a rediseñar para crear nuevos espacios que sean multifuncionales, para dar cabida a las multiples actividades que se tendrán que hacer en casa. Las personas dedicaran el tiempo que les sobra para repensar su casa, remodelar y revalorar los espacios. Buscarán tener contacto con la naturaleza dentro casa, por lo que habrá un crecimiento en la ventas de huertos urbanos para el autoconsumo y plantas decorativas para traer un poco de lo natural a su espacio habitable.
En el sector de la belleza, la tendencia se dirigirá de la misma manera, a la fabricación de cosméticos multifuncionales, que además de brindar una cuestión estética también sirvan para el cuidado de la piel y contrarrestar los efectos dañinos de los productos como el gel antibacterial y el cloro, que son productos que se usarán en exceso para prevenir el contagio del virus. Se crearan rituales personales para el cuidado personal, generando un mayor interés por el maquillaje con texturas sensoriales, es decir que tengan aromas, texturas y colores agradables para el consumidor.
En cuanto al mundo exterior, es claro que durante un tiempo prolongado existirá una sensación de inseguridad, desconfianza y miedo. Ante esta situación las diversas industrias que mueven al país estarán trabajando en protocolos, productos y soluciones que brinden seguridad a sus públicos.
En el ámbito de la indumentaria, los textiles juegan un papel muy importante para proporcionar seguridad. Existe un alto desarrollo en telas de uso médico, las cuales combinan fibras naturales o sintéticas con metales como la plata y el cobre que sirven para repeler las bacterias, los virus y demás agentes contaminantes de las personas. El objetivo de los creativos será diseñar para la tercera piel. Propuestas de prendas exteriores que tengan textiles que protegan al cuerpo al salir, y al regresar, podérselas quitar antes de entrar para seguir conservando el espacio interior seguro. Éstas deberán ser ligeras, resistentes y brindar protección a los que tienen que trabajar o ir de compras. Esto aunado, a que será indispensable al momento de salir a la calle, el uso de accesorios como cubrebocas, mascarillas, guantes y lentes. El desafío de la industria será adaptar estos elementos indispensables al estilo de vida de cada persona, por que las tendencias en estos nuevos objetos serán diversos y enfocados a diferentes mercados.
En cuanto a los espacios públicos, deberán rediseñarse y transformarse, las autoridades sanitarias han solicitado espacios que aseguren el distanciamiento social. Por lo que, se han establecido nuevas reglas que han obligado a desarrollar propuestas improvisadas de convivencia que ayudan a tener el menor contacto directo con objetos, personas y que posibilitan la convivencia en espacios cerrados, para que generen seguridad y confianza en las personas. Sin embargo, el reto es diseñar para la nueva normalidad en el transporte público, en los parques, en los hospitales y en todos los espacios públicos donde la gente tenga que convivir y que sean los objetos los que por si solos inciten al distanciamiento social.
En la industria de la belleza también se gestarán cambios importantes en el mundo exterior. Al salir del aislamiento, las personas acudirán a los estilistas para hacerse un nuevo corte o teñir su cabello, con el fin de proyectar una imagen fresca y renovada. En cuanto al maquillaje, los ojos serán el foco de atención debido a que el resto de la cara estará cubierta por los cubre bocas, por lo tanto, las sombras de ojos, delineadores y máscaras de pestañas serán básicos para resaltar la mirada. Lo mismo sucederá con las uñas, que ahora se vestirán con colores alegres y diseños experimentales.
El mundo que nos espera en el futuro es completamente distinto al que conocíamos al inicio del 2020 y será necesario adaptarnos a vivir en una realidad dividida en dos mundos. Pero, lo más valioso de esta situación es que ha resultado ser una gran oportunidad para las industrias de reconectar con sus públicos, renovar sus procesos y ser resilientes ante los desafíos del futuro.
Referencias
Post-Coronavirus: China Design Priorities, Fashion Intelligence, 2020, WGSN
Seminario Web, “la Industria de la Moda en tiempos de COVID-19”, Orietta Pelizzari, 2020, Cámara de Comercio Italiana en México
Webinar, “Tendencias y reacción de la industria de la moda y life&style durante época del COVID-19”, 2020, Cámara de Comercio Italiana en México
El consumidor Post-Covid, Ricardo Figueroa Drouilly, 8 de julio del 2020, https://openmind-global.com/tendencias-del-consumidor-post-covid19, Openmind consulting & Design
Estas son las tendencias de consumo post COVID-19, Antonio Torres Hernández, 18 de mayo 2020, https://innovacioneconomica.com/estas-son-las-tendencias-de-consumo-post-covid-19/, Innovación Económica
La moda post COVID, María E. Giron, 10 de mayo del 2020, https://www.forbes.com.mx/la-moda-post-covid/, Forbes México
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